La transición de la escuela hacia el nuevo entorno digital se está produciendo de manera lenta y difícil. Se analizan algunas de las barreras y de los grandes desafíos que plantea la transformación de los procesos de enseñanza y aprendizaje por la introducción de las TIC y se propone articular un modelo educativo para las nuevas generaciones, partiendo de las posibilidades que ofrecen las nuevas herramientas, recursos y servicios en el marco evolutivo de la Web 2.0.
Palabras clave: Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), Internet, Innovación educativa, Web 2.0, Web Semántica, Investigación, Inteligencia colectiva
The transition of schools towards a new digital environment is going slowly and encountering difficulties. This article studies some of the barriers and the larger challenges posed by the transformation of the teaching/learning processes vis-à-vis the addition of ICT. The author proposes a new educational model for new generations, one based on the possibilities offered by new tools, resources and services within the evolving sphere of Web 2.0.
Key Words: Information and Comunications Technologies (ICT), Internet, Educational Innovation, Web 2.0, Web Semantics, Research, Collective Intelligence
La línea principal del debate sobre la integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la educación parece contemplar ya sin muchas reservas la necesidad de un replanteamiento radical de las herramientas y los recursos educativos; una reorientación efectiva del papel y el perfil del profesor del resto de los agentes educativos y, en términos generales, una transformación significativa del propio proceso de enseñanza y aprendizaje.
La persistencia en la práctica docente convencional –detectada en las investigaciones más rigurosas– que la presencia de las TIC parece incapaz de movilizar nos aboca a dos consideraciones principales en las que podrían resumirse las barreras, obstáculos y desafíos concretos que hemos ido constatando.
La primera es el desfase –o más bien rotunda disparidad– entre la potencialidad de las TIC incorporadas a las aulas y la flaca renovación de los procesos pedagógicos. Es innegable, sin embargo, que desde hace décadas, antes incluso de que las TIC aparecieran en el horizonte escolar, la Escuela pugna por cambiar sus paradigmas de enseñanza y aprendizaje. El gran desafío, y perentoria apuesta de futuro, reside, por tanto, en lograr la convergencia; más aún, la simbiosis del cambio pedagógico (insoslayable) y la innovación tecnológica en la Escuela (igualmente irrenunciable).
La incorporación de las TIC tiene planteados otros retos de distinta índole, pero de envergadura y trascendencia no menores. En un contexto como el iberoamericano (por hablar de un ámbito que nos concierne especialmente), marcado por las desigualdades y carencias educativas, la brecha digital, la más que insuficiente alfabetización tecnológica y el escaso nivel de penetración de las TIC (Segura, 2009; Marchesi & Díaz, 2009), además de la calidad en la enseñanza, la mera equidad es una asignatura pendiente del mayor calado. Al menos sobre el papel, las TIC pueden no sólo contribuir a mejorar el aprendizaje, sino también a fomentar la igualdad de oportunidades. Pero, pese a la proclamación de algunos endebles análisis, este objetivo –como el resto de los que hemos señalado– no va a lograrse a base de acciones voluntaristas o por la mera mecánica del desarrollo, sino que es imprescindible promover investigaciones y políticas públicas que transciendan la pura inmediatez y permitan articular una respuesta a la altura de estos desafíos sociotécnicos y educativos.
La necesidad de vincular el uso de las TIC y de Internet en las escuelas a los nuevos modelos pedagógicos se impone –ya lo adelantamos– como una de las condiciones básicas de la innovación educativa.
Se trata de dos corrientes de renovación que han venido operando en paralelo y que es necesario sumar y encerrar en un solo proceso. La mayoría de los estudios sobre la evolución de los paradigmas educacionales, muy dinámica en las últimas décadas, pone el acento en la vigencia del constructivismo como paradigma pedagógico de nuestro tiempo (Lara, 2005) y, sobre todo, como uno de los grandes ejes potenciales del binomio educación/tecnología. El cambio del rol de profesor, de depositario a guía del conocimiento; el principio de ‘aprender a aprender’ como columna vertebral del modelo cognitivo; la interacción de lo individual y lo grupal, pilares que sustentan esta visión del aprendizaje, se ensamblan de manera particularmente idónea con los usos y modelos que ofrecen las TIC y, de forma especial, Internet.